Pragmatismo vs Globalización

¿Es posible afirmar que los desarrollos político–militares de las grandes potencias por el control de los recursos energéticos –hidrocarburos- constituyen un retroceso de la globalización?

La globalización surge como un proceso o mejor, una serie de procesos y relaciones de integración interregionales e intercontinentales, que pretenden ser globales y que tienen como base el elemento económico।

Al respecto es necesario tener clara la definición de Globalización y el rol que juegan los Estados nacionales, para entrar a definir si se presenta o no un retroceso para el proceso globalizador con los desarrollos políticos-militares de las que tradicionalmente, han sido las grandes potencias con el fin de asegurarse el control de los recursos energéticos।

Según Ulrich Beck:
Globalización significa la perceptible perdida de fronteras del quehacer cotidiano en las distintas dimensiones de la economía, la información, la ecología, la técnica, los conflictos transculturales y la sociedad civil[1].

Podemos ver que la globalización rompe el apartamiento y las relaciones tradicionales entre los Estados nacionales y su soberanía sobre un territorio especifico, haciendo que se aglutinen tanto las diferentes sociedades como sus intereses y necesidades básicas.
La Globalización representa estilos de vida que salen de los espacios nacionales para trasformarse en formas transnacionales que exigen y requieren nuevos métodos de interpretación, surgen a la par nuevos servicios, nuevas tecnologías y sus usos junto con el poder de la información. La economía se haya deslocalizada y su único destino es el capital que se moviliza rápidamente y constantemente en los mercados que integrados forman un nuevo y gran mercado global.

La globalización representa un proceso integrador que obliga a la desaparición del Estado nación y a los conflictos que entre estos se presentaban como las guerras por territorio o soberanía.
Se rompe la unidad del Estado nacional y de la sociedad nacional, y se establecen unas relaciones nuevas de poder y competitividad, unos conflictos y entrecruzamientos entre, por una parte, unidades y actores del mismo Estado nacional y, por la otra, actores, identidades, espacios, situaciones y procesos sociales transnacionales[2].

Si imaginamos un mundo globalizado imaginamos una unidad casi total y la desaparición de las fronteras, pero al mismo tiempo vemos surgir resistencias locales que son parte natural del proceso. Estas resistencias generan tensiones que de ningún modo representan la posibilidad de una guerra porque los lazos económicos, políticos y hasta culturales que se han formado con anterioridad son elementos disuasivos para que no se desborden los conflictos.

Se perderían más cosas de las que se ganarían con un conflicto o una guerra, ya que al estar dentro de una red global, se está dentro de aquello que se ha denominado por los teóricos de las relaciones internacionales Robert Keohane y Joseph Nye como la interdependencia compleja[3].

La interdependencia compleja en un proceso globalizador, está dirigida a establecer la integración y la interrelación no sólo entre los Estados como actores tradicionalmente determinantes del sistema internacional y que en este proceso se hayan en redefinición, sino, entre diferentes actores y los lazos que se dan entre ellos y que cobran cada día más fuerza, podemos ver entre estos actores: empresas transnacionales, organizaciones no gubernamentales, organizaciones sociales, unidades políticas sub-estatales e individuos, así como la banca internacional.

Los conflictos que surgen de este proceso globalizador, no se vislumbran por causas de soberanía o territorio como se daban anteriormente, tampoco por establecer una hegemonía o un sistema unipolar o bipolar, se originan a raíz de la desigualdad que genera el capital y su rápido movimiento en todo el mundo.

Se han multiplicado y agudizado los conflictos en el sistema mundial porque este no sólo produce inmensas riquezas, sino también una inmensa pobreza[4].

Refirámonos ahora a los desarrollos político-militares de las grandes potencias para tener el control de los recursos energéticos.

Este desarrollo representa el fracaso del proyecto global en términos de integración y relaciones comunes, muestra la añoranza por sobrevivir y la resistencia a desaparecer del Estado nación y de su poder en total, incluyendo las acciones bélicas contra otros Estados y la represión al interior.

Se presenta una contradicción, El Estado nacional capaz de movilizar recursos a nivel mundial y que tiene el poder de determinar la agenda internacional, frente al malestar que origina la desterritorialización en varios sentidos, económica, política (no partidista), social y ecológica, así como la perdida de fronteras y de la antigua forma de soberanía frente al rol de organizaciones democráticas (sinónimo de pacificas) supraestatales como la ONU.

Este tipo de organizaciones representan el espíritu de una construcción global donde se delegan los poderes que antes ostentaba el Estado nacional, como el uso de la fuerza, y que estaban a discreción de unos intereses nacionales, sin que ello represente la existencia de un gobierno global o una policía mundial que vigile y coercione por doquier.

La fuerza en teoría, no se usa entre estados democráticos y miembros de la ONU, y tampoco se usa entre socios comerciales y económicos que también hacen parte del proceso globalizador.
La democracia presupone un proceso político no coercitivo en el cual, y a través del cual, la gente pueda perseguir y negociar los términos de su interconectividad, interdependencia y diferencia[5].

Ahora, los intereses de una sociedad global priman sobre los intereses de una sociedad nacional, lo que demuestra que el accionar militar que pueda efectuar una potencia no permite el avance de la globalización y afecta profundamente la interacción de la sociedad global.

Al mismo tiempo la globalización en términos positivos, contiene un mecanismo que evita el silencio frente a una guerra por el control de los recursos energéticos gracias a los medios de comunicación que son un ejemplo de la globalización y de su uso positivo como alarma y arma social.

Un ejemplo es la cobertura de las crisis humanitarias en Asía, o las protestas de la mano de la información que viene de Irak y Afganistán.

Las fuentes de poder actual como: la coerción militar, los valores comunes, el éxito económico, se redefinen y se modifican gracias al nuevo escenario global que obliga a tener un poder fuerte en la negociación y la diplomacia para la consecución de los diferentes intereses.

El poder sobre los recursos energéticos trae consigo la disyuntiva de seguir las acciones antiguas de los Estados nacionales y las poderosas potencias que se desarrollan con la guerra y la coerción y que resquebrajan los principios inherentes a la globalización entorno a la unidad y la interdependencia, o intentar darles una solución negociada efectiva para el uso común de todos los hidrocarburos y recursos energéticos, obteniendo la garantía del acceso y evitando un conflicto militar.

Ambas posibilidades representan asumir costes políticos, demostrar que la presión global hace efecto con fuerza y sin recurrir a la coerción, o seguir el poder representado por una hegemonía militarista que usa la globalización para acentuar la intervención en otros continentes.

Podemos entonces entender que el proceso de globalización sufre un retroceso en tanto que la retoma al pragmatismo, derriba el intento de la sociedad internacional para seguir el camino de
la cooperación y el espiritu de unidad. Sinembargo no podemos dar completamente por muerta la teoría de la interdependencia compleja; es probable que por el inmenzo desgaste que representa que el Estado este en constante choque y conflicto, sea necesario volver a esta doctrina así sea momentaneamente.

Bibliografía:

· Análisis Político No 62, Bogotá, enero-abril, 2008.
· Barbé, Esther. Relaciones Internacionales, Editorial Tecnos, Madrid. 1995.
· Beck, Ulrick. ¿Qué es la Globalización? Paidos, Barcelona, 1998.

[1] Beck, Ulrick. ¿Qué es la Globalización? Paidos, Barcelona, 1998. pp. 42
[2] Ver Beck, Ulrick. ¿Qué es la Globalización? Pp. 43
[3] Comparar Barbé, Esther. Relaciones Internacionales, Editorial Tecnos, Madrid. 1995. pp. 64
[4]Ver Beck, Ulrick. ¿Qué es la Globalización? Pp. 59
[5]Ver Held, David. Redefinir la gobernabilidad global: ¡Apocalipsis cercano o reforma! en Analisis Político No 62, Bogotá, enero-abril, 2008. pp. 58

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